martes, 10 de septiembre de 2013

Las tres mejores películas que he visto este verano

Este verano que ya expira en cuestión de semana y poco ha sido provechoso en cuanto al visionado de viejas recomendaciones cinematográficas por parte de alguno de mis amigos. Se ha producido la extraña circunstancia de que me han gustado enormemente tres películas españolas de entre las varias decenas de cintas que he podido ver en estos meses estivales: una de ellas es un drama sobre el trabajo y las otras son dos obras de culto del cine español (un drama terrible y una obra maestra del cine de terror).

¿Quién puede matar a un niño? (1976) -llamativo título, ¿no es cierto?- es una magnífica e inquietante película de terror dirigida por el televisivo Narciso Ibáñez Serrador (¿quién ha olvidado el programa "Un, dos, tres"?). Narra la historia de una pareja británica que viaja a la costa española para disfrutar de su luna de miel. Los enamorados eligen como destino el municipio de Benahavis para posteriormente hacer una excursión en barco hasta la ficticia isla de Almanzora. Es allí donde los protagonistas se encuentran para su sorpresa con una isla completamente deshabitada por adultos y cuyos únicos habitantes son unos niños siniestros que, animados por una extraña fuerza, se rebelan contra los adultos de tal manera que juegan a asesinarlos.

Esta película es muy interesante porque se invierten los papeles habituales tanto reales como ficticios. Ahora son los niños los que se rebelan contra los adultos y no son ellos los que mueren fruto de unas guerras creadas por conciencias adultas (la película comienza con varias fotografías de escenas reales de adultos torturando y maltratando niños en distintas guerras y hambrunas). La transgresión de los esquemas establecidos, pues, hace verdaderamente especial a esta película, así como varios apartados técnicos de la misma que la hacen desmarcarse de la inmensa mayoría de películas del mismo género: la música (todo un acierto porque da bastante miedito) y, especialmente, la magistral utilización de la luz brillante (que es una protagonista más en el filme), inusitada en otras películas de terror.

En el catálogo de los peros habría que indicar que al filme le cuesta arrancar; se hacen algo pesados los primeros veinte minutos de metraje, pero pasado ese primer tramo es en todo momento una obra de cine de alta tensión y presume de un impactante e inesperado final, como ha de tener toda gran película.






Tras el cristal (1987), es la ópera prima de Agustí Villaronga (sí, ese director mallorquín premiadísimo por Pa Negre). Película que causó una gran polémica en su momento, Tras el cristal es una de las cintas más duras que he tenido oportunidad de ver en muchísimo tiempo. Las imágenes estremecedoras a las que Villaronga expone al espectador no son plato de gusto para muchos estómagos sensibles. A mí personalmente me dejó bastante tocado anímicamente, sobre todo en los pasajes en los que aparecen niños. Hay imágenes imborrables que de tal fuerza que contienen provocan el escalofrío.

Ahora bien, dejando a un lado las terribles y desagradables imágenes que muestra, la película de Agustí es un excelente documento sobre la venganza, la locura, la perversión y los abusos sexuales, y un filme que no cabe duda apunta más alto que bajo, pues es representante de un cine ya prácticamente extinguido.

Prefiero no ahondar en su argumento ni ofrecer spoilers de ningún tipo para que de este modo os animéis a verla. Lo merece. Solo quiero añadir que el reparto está encabezado por Günter Meisner, Marisa Paredes, Gisèla Echevarría y David Sust, quien ofrece una brillante interpretación en su papel de perverso vengador.





A puerta fría (2012) supone un auténtico soplo de aire fresco para el cine español. Y es que con muy poco presupuesto también se puede contar una historia tan interesante como la que nos regala Xavi Puebla.

El actor sevillano Antonio Dechent, que está de premio Goya y sostiene el film de principio a fin, encarna a Salva, un comercial de electrodomésticos que no vive precisamente su mejor momento, ni en lo personal ni en lo profesional. De ser un vendedor estrella para la empresa, ha pasado a que peligre su puesto de trabajo si no vende un número concreto de unidades de un producto. Para conseguirlo pide ayuda a Inés (María Valverde, en su mejor trabajo hasta la fecha), una bella azafata de congresos, con la que idea un plan en el que está implicado el Sr. Battleworth (Nick Nolte).

Es un interesantísimo drama con pequeños matices de comedia negra sobre el salvaje mundo laboral, con un entregado e inconmensurable trabajo actoral. Obra de obligado visionado. Una de las últimas joyas del cine patrio.



El próximo verano otras tres más.

2 comentarios:

  1. Es curioso antes de entrar al post creía que iba ser sobre los estrenos de este verano pero has estado muy atento de buscar otras películas y además españolas. Siento no haber visto ninguna de las tres, la de Tras el cristal ni me sonaba y teniendo escenas tan fuertes es la que menos me llama. La de María Valverde tiene buena pinta.

    Mi "descubrimiento" de este verano fue El crimen de Cuenca de Pilar Miro, aunque es muy famosa nunca había tenido oportunidad de verla

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  2. Si no es una película con pinta de ser buena, rara vez suelo ver cine de estreno. Es una moda que vengo practicando los dos últimos años desde que una entrada de cine en Madrid está a precios completamente prohibitivos.
    Gracias por la recomendación, Boris. Tengo bastante aparcado el cine de Pilar Miró, tanto de directora como guionista. Cuando vea "EL crimen de Cuenca", y si me da por ahí, escribiré un post sobre la misma.
    Respecto a "Tras el cristal", creo que deberías darle una oportunidad. Eso sí, de estas tres pelis es la que me gustó un poco menos.

    Un saludo.

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