martes, 9 de agosto de 2011

"El afinador de habitaciones", de Celso Castro


El último libro que he leído se titula El afinador de habitaciones. Curioso nombre, ¿no es cierto? La verdad que no quería leerlo de antemano, ni me lo había recomendado ningún amigo, ni mucho menos sabía que existía ese libro ni un tal Celso Castro en nuestra narrativa, un completo desconocido para mí.

La verdadera historia de cómo cayó el libro en mis manos fue la siguiente. Hace un par de semanas, de paseo por la biblioteca municipal, miraba la estantería de lecturas recomendadas para este verano y allí estaba El afinador de habitaciones. Me fijé en el librito y lo primero que me llamó la atención fue el título y el dibujo de la portada. Lo abrí, me dispuse a leer unas líneas y me di cuenta que todo el libro estaba escrito en minúsculas, ni una sola mayúscula ¡Qué chocante! Esta novedosa ruptura del estilo clásico, unida al desconocimiento del autor,  me terminó de convencer para llevarme el libro a casa.

Una vez abierto el libro, el lector se encuentra con que la novela viene precedida por un relato titulado "La cuervo", que Celso Castro escribió en sus años de juventud, allá por 1999. En cuanto al contenido del mismo, es un cuento de lo más divertido. Se centra en los amores de un joven adolescente y una extraña niña gótica. El estilo es pobre y la sintaxis es reiterativa en cuanto a las estructuras (abusa del queísmo), pero es muy directa y emula la forma hablada de los jóvenes, niños que habitan las páginas del relato. Una vez que terminas el cuento no sabes si continuar con la novela o devolver el libro a la biblioteca. Pero le di una oportunidad y continué con El afinador.

Pues bien, el afinador de habitaciones es una suerte de novela posmoderna en la que encontramos un narrador en primera persona al que Castro le ha dado la libertad para contarle todo al lector. Celso Castro escribe la típica novela de iniciación o formación, pero en este caso contextualizada en el verano de un adolescente coruñés que sobrevive a su angustia vital a través de sus filias literarias (lecturas de Nietzsche, Maiakovski, Daudet, Beckett,...), sus encrucijadas sentimentales y tragos de coñac. Y poco más se puede escribir.

Lo significativo es que El afinador no aporta nada nuevo a lo que se haya escrito antes, pero sí que deja una serie de personajes dignos de ser recordados y un gran sentido del humor impreso a lo largo de las páginas. Al fin y al cabo no es más que una de esas novelitas que, siendo malas o buenas, no puedes dejar de leer ni un instante.

Si tenéis inquietud, las primeras páginas de El afinador se pueden leer en este enlace.

Foto: revistadeletras

4 comentarios:

  1. Yo tampoco conocía a Celso Castro. Curioso su estilo. Y desde aquí, también quisiera lanzar un mensaje para que la gente use más sus bibliotecas públicas, un bien preciado que tenemos, y que de no usarlo, seguro que serán carne de cañón en breve con los recortes futuros de esta supuesta crisis.

    Un saludo.

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  2. Sí, este Celso Castro es único en su especie. No he dicho en el artículo que además de las minúsculas no escribe tampoco los puntos y aparte. Cuestiones de estilo.

    Yo siempre animo a la gente a que acuda a su biblioteca pública más cercana. La mía tiene un fondo bibliográfico extraordinario. Es excelente. Puedes encontrar libros de cualquier tipo. Además ahora las bibliotecas, esto ya viene ocurriendo desde hace unos años, cuentan con un servicio de préstamo de material audiovisual (ya sean cd's o dvd's)y hay mucha variedad de títulos.

    Espero que en el futuro no nos cobren por el préstamo en bibliotecas. Aunque todo se andará.

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  3. Os recomiendo la página Literaturasonora.com que ha publicado (de forma sonora) el cuento "La Cuervo" de Celso Castro y leido por el actor Ernesto Arias

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  4. Gracias por compartir, Jorge. Echaré un vistazo a Literaturasonora. Gran aporte. Un saludo.

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