domingo, 7 de agosto de 2011

"Wendy and Lucy"


Anoche vi Wendy and Lucy, de la desconocida para mí Kelly Reichardt. Es una película diminuta, como a mi me gusta denominar a este tipo de películas, de esas en las que con muy poco se cuenta y, sobre todo, se sugiere mucho. La historia que cuenta Wendy and Lucy es sumamente sencilla, pero atrapa al espectador justo lo suficiente para seguir con su visionado. Digamos que la historia se reduce llanamente a la cadena de infortunios que le suceden a la protagonista (Michelle Williams). Es una película en la que Reichardt intenta llegar al espectador abordando el tema de la soledad de la sociedad moderna, al menos ese es el poso que me dejó a mí esta modesta cinta después de hora y cuarto de metraje. En resumidas cuentas, una película digna de ser vista, aunque luego la olvides con el paso del tiempo.

Wendy se dirige hacia Alaska, con la única compañía de su perra Lucy, para incorporarse a un nuevo trabajo en una fábrica de conservas. Cruzando el estado de Oregón, su viejo coche se niega a continuar. Con este aparente insignificante incidente se inicia el calvario de Wendy; uno de tantos norteamericanos que se encuentran a un pequeño resbalón del abismo económico. Con el Honda en el taller esperando el veredicto del mecánico, entra en el supermercado y roba una lata de comida para perros, pero es descubierta y llevada a comisaria. Cuando, a las pocas horas, sale en libertad, Lucy ha desaparecido. Wendy deberá recuperar a su perra y reparar su coche mientras su cartera, y su autoestima, se desangran gota a gota.



Foto: nochedepeli

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