domingo, 6 de marzo de 2011

Las "greguerías" de Ramón Gómez de la Serna

Hoy domingo voy a dedicar unas palabras a una figura importante de nuestra literatura. Seguro que ninguno de mis asiduos lectores, sé que son pocos y la mayoría anónimos, ha leído nada en absoluto del señor al que le dedico esta entrada rescatando su gloria. Se trata de Ramón Gómez de la Serna. ¿Os suena de algo este señor? Bien, yo confieso no haber leído nada de él, y lo mío tiene parte de delito o de pecado, un pecado venial en todo caso, sí, porque al ser filólogo hispánico tiene gracia que sólo sepa de este buen hombre que fue capaz de inventar un género literario breve llamado greguerías, definidas por el propio autor como una "metáfora más humor". Éstas consisten en frases breves, de tipo aforístico, que no pretenden expresar ninguna máxima o verdad, sino que retratan desde un ángulo insólito realidades cotidianas con ironía y humor, a base de expresiones ingeniosas, alteraciones de frases hechas o juegos conceptuales o fonéticos. 

Por eso es por lo que principalmente se le conoce a Gómez de la Serna, pero no sólo dedicó su faceta literaria a la creación de estas composiciones, no. Fue impulsor en España de las vanguardias literarias, colaboró activamente en la Revista de Occidente y en las tertulias literarias del Café Pombo madrileño, escribió ensayos y escribió algunas novelas, bastante grotescas todas ellas, donde deja el sello de su carácter crítico y sarcástico, a destacar El torero Caracho (1926) y El caballero del hongo gris (1928).


Esta misma semana, cotilleando en una de esas librerías de segunda mano que hay por todo Madrid, me encontré con sus Greguerías en una estantería, llenándose de polvo, y me dio tanta pena que no tuve más remedio que traerme el libro a casa, caprichos que tiene uno muy de vez en cuando.

Y como todo debería ser compartir en esta vida, os transcribo algunas de las greguerías más originales que se pueden encontrar en el libro:

“En la colilla del lápiz quedan las mejores ideas.”

“¿Qué es la ilusión? Un suspiro de la fantasía.”

“La espina dorsal es el bastón que nos tragamos al nacer.”

“El beso es un paréntesis sin nada dentro.”

“El humo es la prestidigitación del fuego.”

“Los garbanzos tienen nariz.”

“Exceso de fama: difamación.”

“El relámpago es la rúbrica nerviosa de Dios.”

“Mujer con chal, mujer chalada.”

“La mosca es feliz porque no sólo se frota las manos, sino que también los pies.”

“El río lava los pies al paisaje.”

“El Café es la enfermería del escritor.”

“El cuchillo marca un teclado en la raja del melón.”

“La Bolsa es el manicomio de los locos gritones del dinero.”

“Sobre la eñe revolotea la lombriz caligráfica.”

“Ventilador: rosa de los vientos mecanizada.”

“La misión de las olas es traer las reliquias del naufragio.”

“Las mujeres de pestañas postizas nos cazan con cepo.”

“El pájaro tiene manos de niño.”

“Está perdido el espantapájaros cuando se le posa un pájaro en el hombro.”

“Por los ojos nos vamos de la vida.”

“Los cigarros son los dedos del tiempo que se convierten en ceniza.”

“El queso de Roquefort tiene gangrena.”

“El grillo mide las pulsaciones de la noche.”

“La araña es la zurcidora del aire.”

“En el fondo de los espejos hay un fotógrafo agazapado.”

“Las golondrinas llenan de firmas el pergamino del cielo en homenaje del buen tiempo.”

“Un cuadro torcido presagia terremoto.”

“Lo más humano que tiene la calle es el recodo.”

“Los puentes civilizan los ríos.”

“El tiempo no es oro: es purpurina.”



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